¿Cuál es el objetivo de una rinoplastia o de una perfiloplastia?

En realidad, ¿cuál es el objetivo de cualquier cirugía facial? ¿Una nariz más bonita o una cara más atractiva o armoniosa? Entiendo que los pacientes no tienen por qué saber qué es exactamente lo que desentona, pero los cirujanos sí, es nuestro trabajo, y sí, de lo que se trata, siempre, es de lograr la mayor belleza posible, lo que pasa por una adecuada valoración de los rostros y su anatomía, para así planificar qué cirugías o qué cambios son los que embellecen de forma más efectiva esa cara, por más que no sea lo que opinaba el paciente.

Es muy usual que un paciente acuda a nuestra consulta solicitando una rinoplastia, o tal vez una blefaroplastia, o un relleno facial, en tanto que al valorarlo vemos que no era eso precisamente lo que mejoraría su estética de forma efectiva, sino más bien un trabajo en mentón, o en ambos maxilares, o en las cejas, o tal vez un lifting. Y suele ser difícil explicar a los pacientes que se equivocaban, que lo que necesitan era otra cosa. Porque el objetivo es claro, buscar más belleza a partir de lo que tenemos. Parece evidente, pero no es fácil explicároslo y aún menos que aceptéis nuestra propuesta, y no, no buscamos inflar el presupuesto, ni complicar una cirugía. Cuando la indicación es mala, o más bien insuficiente esto es lo que ocurre, que no funciona, y obtenemos resultados insuficientes.

La valoración de un trabajo en la nariz  debe ser detenida, hay que miraros, ver cómo gesticuláis, cómo sonreís y si baja la punta nasal al sonreír o si sube demasiado el labio superior o si es demasiado largo o corto, la relación con los pómulos, la oclusión dentaria, y, tan importante como esto, vuestro perfil. Lo que se sale de las proporciones a veces puede ser bonito, pero la mayoría de las veces choca, y esta disarmonía se traduce en una percepción de que esa cara es poco, o menos, atractiva. La percepción es inconsciente, por eso no siempre sabemos concretar qué es eso que reduce atractivo a nuestra cara, pero para eso estamos los cirujanos que sí hemos estudiado las proporciones y la anatomía.

 

En la consulta, además de esta valoración dinámica, a veces os pedimos fotografías (vuestras, en serio, no nos traigáis fotos de otras personas, tenemos que trabajar con lo que tenemos, no podemos empezar desde cero..), y sobre todo os pediremos un estudio radiológico. Cuando la nariz tiene algún problema funcional, por desviación septal o cualquier situación que dificulte la respiración también se evaluará a fin de tratarla en la misma cirugía. Y estudiaremos despacio vuestra anatomía, también vuestra estructura ósea.

Telerradiografía lateral Perfilplastia

Telerradiografía lateral

 

Cuántas veces nos consultáis para una rinomegalia, es decir, para corregir una nariz demasiado grande o proyectada, y la causa no es tanto la nariz como su desproporción con el resto del esqueleto facial. Hay que valorar muy bien vuestra mandíbula y vuestro mentón, tanto en la visión frontal como lateral. Sí, sólo queréis operaros la nariz, pero una rinoplastia de poco servirá, por más que reduzcamos vuestra nariz, si tenéis una mandíbula pequeña o un mentón retruído o retrasado, pues en el perfil se seguirá viendo desproporcionada. Y tantas veces ocurre que la nariz necesita algún trabajo de lo más discreto, pues lo que estaba mal era el mentón.

Hay muchas referencias para valorar las desproporciones, que contemplan tanto partes blandas como óseas. Es fácil centrar el foco en la nariz por su posición central, pero si dividimos nuestra cara en tres tercios (desde raíz el pelo hasta entrecejo o glabela, desde glabela hasta punto subnasal, y desde línea subnasal a borde inferior del mentón) vemos que de los dos tercios inferiores el medio es un 43% mientras que el inferior es un 57%.

El tercio inferior de nuestra cara tiene mucha más relevancia de la que pensamos, de forma que aunque pongamos el foco en ojos o nariz, muchas veces es la identificación y solución de los problemas en esta área lo que nos ayudará a lograr esa óptima mejoría en nuestra estética y armonía facial. Así, encontraremos que debemos corregir una retrognatia (mentón retrasado o pequeño, con escasa proyección) hasta en un 20% de las rinoplastias o un 25% de los liftings. ¿Por qué asociarla? Fácil, en una rinoplastia avanzar o aumentar el mentón reducirá la impresión de nariz demasiado proyectada, cambiando el perfil facial espectacularmente, y en un lifting cervicofacial nada como corregir el mentón para mejorar un cuello o un ángulo cervicofacial obtuso, mal definido, o la papada.

 

¿En qué consiste el trabajo en el mentón? El planning quirúrgico dependerá de los estudios cefalométricos del perfil, de la oclusión (relación entre arcadas dentarias superior e inferior) y por tanto d ela relación entre maxilar y mandíbula, de la altura de la mandíbula y la longitud facial, y de la anatomía de mentón y mandíbula. La cirugía puede variar, desde los casos mínimos de leve retrognatia en que podría ser suficiente un relleno (con algún filler o con injertos de grasa), a casos moderados en que podemos optar por una prótesis de algún material aloplástico tipo silicona sólida o tipo Medpor, hasta casos más importantes, en que se necesitará un tratamiento en hueso, tipo mentoplastia de avance, o incluso una cirugía ortognática si debemos modificar la relación entre mandíbula y maxilar (osteotomías de avance o retrusión, asociadas a tratamiento ortodóncico).

En el caso que nos ocupa más habitualmente, y es cuando un paciente nos consulta para una rinoplastia y vemos que deberíamos asociar un trabajo en mentón para armonizar perfil y altura facial, cuando no también asimetrías, en la práctica las alternativas para tratar un mentón hipoplásico o retrasado (retrognatia o microgenia) pasan por estas opciones:

Rellenos con ácido hialurónico de alta densidad o con otros materiales como el Radiesse, ambos de larga duración, o bien mediante injertos de grasa. Corrigen casos leves, de forma discreta aunque suficiente si es una mínima retrognatia.

Implantes o prótesis de mentón, de diseño específico. Pueden estar fabricadas en silicona sólida, con diferentes formas para adaptarse al tipo de mentón, o de otros materiales más similares al hueso, como el Medpor.  Corrigen casos leves-moderados.

Mentoplastias o genioplastias de avance, donde se realiza una osteotomía de un segmento del mentón y se desliza hacia delante o hacia arriba (o hacia algún lado), en función de cómo deseemos corregir el mentón y dónde estuviera el déficit, en altura, en proyección… Es la técnica más versátil con diferencia y la más estable, corrige casi cualquier problema del mentón, y funciona tanto para casos moderados como importantes (es la única que funciona en severas retrognatias), así como ante secuelas de implantes de mentón (desplazamientos, extrusión, socavamiento del hueso).

 

En nuestra clínica esta cirugía es realizada por un especialista en cirugía maxilofacial, siendo práctica habitual la de asociar un trabajo conjunto de cirugía plástica y maxilofacial para tratar los problemas faciales de forma global e integrada.

Nuestra preferencia, cuando la mentoplastia se plantea asociada o otras cirugías, es la osteotomía o genioplastia de deslizamiento o avance, por su versatilidad y estabilidad, optando por las otras técnicas, especialmente la lipoestructura o injertos de grasa autóloga ante casos pequeños o moderados.

Recordad, la cirugía que más puede embellecer el rostro es la que actúa sobre nuestro esqueleto o estructura ósea, por ello no debéis temer o pensar como excesiva la propuesta de intervenir, en el momento de una rinoplastia, también el tercio inferior de la cara. Los resultados no tienen comparación, pues habremos tratado algo más que la nariz, en realidad habremos intervenido en el conjunto facial, si buscamos más belleza más allá de una nariz más bonita.

Espero que mi artículo os ayude a solventar dudas ante este tipo de cirugía.

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.