Una otoplastia es la cirugía que corrige las orejas despegadas o » en asa» o «en soplillo». Hay descritas multitud de técnicas para corregir esta deformidad, presente en un 5% de la población. Es la única intervención de cirugía estética que está indicada en menores de edad, de hecho se recomienda a partir de los seis años. La razón es que el cartílago auricular se ha desarrollado casi por completo hacia los cuatro años y es importante operar a estos niños, a veces muy muy acomplejados, antes de que la escolarización y las frecuentes burlas de los compañeros  los traumaticen, causándoles trastornos psicológicos. La cirugía no es compleja y no vale la pena, si el niño está acomplejado, postponer la operación a edades adultas. Y son muchos los adultos que, no habiéndose operado en la niñez, nos refieren haber estado toda la vida acomplejados y ocultando sus orejas de las más variadas maneras, ¡¡incluso con pegamento!!

Orejas prominentes normales.

Aunque  la malformación más frecuente es la que solemos llamar » orejas prominentes» o «en soplillo», que suele deberse a la presencia de un antehélix plano, pueden estar presentes otros tipos de malformación, como presentar todo el pabellón despegado, o un tercer pliegue en la parte superior (oreja de Stähl o de sátiro), o la parte superior curvada hacia dentro en forma de copa, éstas últimas de más compleja solución. Por último las orejas pueden ser de longitud normal, o más largas, hecho frecuente en las orejas prominentes, o más pequeñas, como en las orejas » en copa».

No hay por ello una única técnica, ni una técnica ideal, hay una o varias técnicas para cada  tipo de malformación. Muchas veces hay que combinar dos o más técnicas para un mismo paciente. Es claro que no se pueden resolver todos los casos con la misma técnica. En este post hablaré sólo de las orejas prominentes.

Orejas prominentes: la paciente las solicitó muy pegadas.

En el dibujo adjunto muestro la anatomía del cartílago auricular. Se trata de un bloque de cartílago (tan sólo el lóbulo no tiene cartílago) con pliegues, curvas, fosas… El tejido cartilaginoso es difícil de manejar, sobre todo porque tiene cierta memoria que desea volver a la forma original, de modo que hay que trabajarlo muy bien, y a veces hipercorregir un poco, en una técnica un poco laboriosa para garantizar la forma deseada y evitando pliegues o aristas inestéticos. No es » dar un punto para pegarlas». Las dos estructuras que tenemos que valorar en una oreja prominente son el antehélix y la concha:

Anatomía y partes de la oreja.

– el antehélix es esa curva en el tercio medio y superior, interna al hélix o periferia, curvada, del cartílago auricular. El antehélix nace sobre el lóbulo, aquí casi un pliegue, y su curva se va abriendo hasta la parte más alta. En las orejas prominentes está casi aplanado y la cirugía consiste en crear esta curva (¡no un pliegue, y menos una arista!).

Pliegue anómalo que sale del antehelix.

– la concha es la concavidad, profunda y amplia, que rodea al conducto auditivo. A veces está muy despegada o separada del cráneo, haciendo que todo el pabellón auricular se vea despegado. Si es así se corrige suturando la concha a la mastoides o relieve óseo tras la oreja, para pegarla al cráneo. Otras veces la concha simplemente es muy grande, dando un aspecto muy ensanchado, y prominente, a la oreja, por lo que a veces también hay que reducirla.

– el lóbulo generalmente suele estar despegado pues el antehélix desplegado lo proyecta hacia delante. Otras veces está muy alargado o ensanchado.

Vemos que hay que diagnosticar bien y aplicar la técnica o técnicas adecuadas para cada caso:

1.- Antehélix aplanado:

– Si éste es flexible, como en los niños, se corrige con unas suturas, en número de cuatro a seis, que pliegan, desde su cara posterior, este cartílago, dándole la forma deseada. Es ésta la técnica más conocida y habitual, es la técnica de Mustardé, y nos permite planificar cuánto deseamos curvar, o » pegar» la oreja.

– Si el cartílago es rígido, habitual en los adultos varones y muchas mujeres, asociaremos una técnica que debilite el antehélix, por su cara anterior, de modo que el pericondrio de su cara posterior lo curve hacia atrás por sí solo. Hay varias técnicas que incluyen un raspado (técnica de Stenström, que usa una raspa especial) o rayado del cartílago (técnicas de Davies, Chongchet...) Yo prefiero asociar un raspado poco agresivo a unas suturas tipo Mustardé, pues esta combinación me garantiza un resultado más controlado.

2.- Concha despegada. Es ideal la técnica de Furnas, que sutura la concha, en su cara posterior, a la apófisis mastoides.

3.- Concha ensanchada. Con una incisión posterior, se reseca una semiluna en su periferia y se sutura, reduciendo su anchura o dimensión horizontal.

Como he comentado, es habitual combinar varias técnicas, asociando también algún tipo de plicatura o reducción del lóbulo si se precisara. Es importante que el paciente trasmita bien a su cirujano cómo desearía que quedaran de pegadas sus orejas, pues es posible plegarlas más o menos. Por lo general es resultado es permanente, de modo que si se plegaron más de la cuenta ya no podremos volver atrás, pasadas unas semanas, aunque sí es posible reintervenir para pegarlas un poco más. Lo habitual es que ambas orejas estén despegadas aunque no de la misma forma, y a veces sólo está afectada una.

La cirugía, salvo en los niños pequeños en que hay que hacerlo bajo anestesia general, se suele realizar bajo sedación, oral o intravenosa, y anestesia local. La duración variará según la complejidad del caso, desde una hora y media hasta casi una hora más si la malformación es mayor. Tras la cirugía debe mantenerse un vendaje, alrededor de la cabeza, por una semana, tras la cual se retiran los puntos. Aunque a veces se recomienda el uso de una diadema o cinta elástica una semana más, es posible reanudar la vida laboral o social tras la primera semana, incluso antes, a los 3-4 días, siempre que encuentren el modo de camuflar el vendaje, claro.

Recordad, hay muchas técnicas para tratar variadas malformaciones. Un resultado natural suele pasar por combinar a veces más de una técnica. Podemos plegar o pegar la oreja de forma exagerada o sutil, por lo que hay que hablarlo bien con el cirujano. Si deseáis un resultado estable, sin recidivas, hay que seguir a rajatabla las prescripciones del cirujano para el postoperatorio, nada de quitarse el vendaje antes de tiempo ni de aflojarlo para dormir. Y, para la gente que tiene tanto complejo y no quiere ni verse sus orejas, deciros que el rango de normalidad es muy amplio para las orejas, cualquier forma es y puede resultar bonita, siempre que no caiga en los excesos, ni demasiado grande o despegada, ni demasiado pegada, ojo.

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

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Gracias por vuestra comprensión.