Caso clínico liposucción

Muchas veces he hablado de las indicaciones de la liposucción, cuándo funciona y cuándo no parece ser tan efectiva. Hoy comentaré casos en que la liposucción es un arma muy eficaz a la hora de cambiar espectacularmente nuestro contorno corporal, hasta el punto que yo lo denomino remodelación corporal, y es cuando tratamos cuerpos con distribución grasa de predominio troncular, es decir, aquellos en que los depósitos de grasa priorizan el tronco: abdomen, cintura, espalda, crestas ilíacas, frente a otras zonas más habituales como los muslos. En estos casos estoy hablando de mujeres, entre las que es más frecuente la distribución de cintura para abajo, distribución ginecoide, pero hay un porcentaje que muestran esa distribución en tronco, en un fenotipo que suele asociar hipertrofia mamaria,  exceso de grasa en tronco y brazos, glúteos poco marcados o aplanados, curvatura o lordosis lumbar poco pronunciada y escasos depósitos de grasa en piernas, a veces demasiado fibrosas y delgadas.

En estos casos de distribución troncular o silueta androide en mujeres (o tipo manzana, más popularmente) tenemos un tratamiento de lo más eficaz, y es realizar una liposucción circular en todo el abdomen, costados, espalda, sacro, marcando muy bien a través de una liposucción agresiva la curvatura lumbar y el romboide  sacro y asociando una lipoestructura o injerto del tejido adiposo obtenido en esas zonas para aumentar y definir glúteos y regiones laterales del glúteo. Cambiamos siluetas rectas o con curvas inadecuadas (en abdomen o en crestas ilíacas) por otras curvas, definiendo cinturas (que antes no tenían), lordosis lumbar y glúteos, en todos los planos o posiciones.

Esta cirugía no sólo es muy eficaz, además resulta que es la única forma de cambiar estos cuerpos, pues la genética en ellos marca una predisposición por acumular una grasa en tronco muy difícil de movilizar o reducir con dietas y ejercicio, junto a una estructura de la columna lumbosacra sin lordosis o concavidad, unas crestas o palas ilíacas muy altas (que condicionan esos depósitos o rodetes) y unos glúteos poco definidos por el escaso contenido de grasa y sobre todo por la pelvis en antepulsión, que les hace perder proyección. Con esta cirugía obviamente no cambiamos la estructura de la pelvis o columna lumbosacra, pero lo simulamos con esa liposucción forzada y los injertos de tejido graso. Hay zonas donde el tipo de piel o la estructura anatómica sin un plano fuerte subyacente no permiten o desaconsejan una liposucción agresiva, pero en la región lumbosacra, espalda y crestas ilíacas sí que es posible, pues esta piel casi nunca tiene flaccidez, teniendo buen tono y además un plano osteomuscular fuerte que garantiza una buena adaptación tras la cirugía.

Encuentro que hay dos grupos dentro de la población femenina que pueden beneficiarse de este tipo de cirugía:

Mujeres que por condicionamiento genético tienen una distribución central o androide de la grasa, es el caso arriba descrito. Muchas veces no hay sobrepeso, en modo alguno, es sólo que los depósitos normales de tejido adiposo (y digo normales porque lo normal es tener un porcentaje de grasa corporal, alrededor de un 20-25% en personas delgadas) los tienen en zonas menos habituales entre mujeres, aunque son muchas las mujeres con esta distribución corporal.  No habitual para el canon femenino preponderante, pero en absoluto anormal, de hecho son sólo imperativos de nuestro gusto estético, pues si bien consideramos normal en mujeres las cartucheras si éstas son excesivas ya nos desagrada… Es que la cuestión de la “normalidad” es bien subjetiva, por lo que se trataría sin más de que nos gustemos a nosotras, ¿no os parece? Si la cirugía os va a ayudar y pienso que os puede quedar bien entonces os operaré sin problemas, pero si es un complejo sin ninguna base o no estoy segura de que funcione, así os lo diré.

– También pueden beneficiarse de esta cirugía aquellas mujeres que, en la perimenopausia, comienzan a acumular grasa alrededor de la cintura, en el contexto de los cambios metabólicos que configuran los cambios hormonales. Esta grasa se acumula en poco tiempo y suele ser muy muy difícil de reducir, teniendo predisposición por abdomen (tanto visceral como superficial), espalda, cintura y brazos. Una liposucción circular del tronco y de cara interna de brazos es una gran solución para esto. Eso sí, la liposucción en abdomen tendrá las limitaciones habituales, es decir, lipo aislada sólo sí la piel es de buena calidad y no hay flaccidez, en los otros casos habrá que considerar asociar una abdominoplastia.

Expongo 3 casos clínicos:

Caso 1. Paciente sin embarazos previos con distribución grasa en cintura, crestas ilíacas, abdomen, sacro. Poca lordosis o curvatura lumbar con glúteos poco proyectados. Se realizó liposucción circular en todas estas áreas asociando lipoestructura o injertos de grasa en glúteos, en cantidad moderada.

Caso clínico liposucción y lipoestructura

Caso 2. Paciente con 2 embarazos previos. Asimetría de caderas. Distribución de grasa troncular. Liposucción circular (limitada en abdomen pues tras los embarazos había cierta flaccidez y pérdida de elasticidad que no propiciaban una buena retracción cutánea). Injertos de tejido adiposo en glúteos, para aumento y corrección de la asimetría, 250 cc en un lado y 400 cc en el otro glúteo.

Caso clínico liposucción tras embarazo

 

Caso 3. Paciente que había acumulado grasa en cintura y espalda con los cambios perimenopáusicos. Liposucción agresiva, que funcionó muy bien por las buenas condiciones de la piel de la espalda, que habitualmente posibilitan estas liposucciones con buena retracción o adaptación tisular.

Caso clínico liposucción espalda

 

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