En los medios cada vez se recogen más noticias a propósito de dramáticos casos de acoso en niños y adolescentes que a veces terminan con el intento o incluso el suicidio. Acoso, burlas, humillaciones que merman la autoestima y capacidad de relacionarse de estos chicos, en unos tiempos en que cada vez exponemos más nuestra imagen, en redes sociales, foros, chats, además de la escuela o instituto. Más que nunca parece insufrible para estos chicos o niños tener las orejas despegadas o una nariz grande o torcida, o un lunar o una mancha de nacimiento… Cada vez acuden más padres a nuestras consultas para solicitar una cirugía que pueda ayudar, o prevenir, que su hijo no sufra tanto. Y está claro que sí, la cirugía plástica puede, en muchos casos, ser de inestimable ayuda y resolver, definitivamente, la causa del conflicto.

Resulta increíble que un defecto físico pueda atormentar tanto y ser causa de que los compañeros puedan literalmente amargarle la vida a estos chicos, pero para algunos es así. Según la Asociación americana de Cirugía Plástica y Estética (ASAPS) la cirugía en menores ha aumentado casi un 30% los últimos 10 años, correspondiendo en la actualidad a un 1% del total de las cirugías. Está demostrado que una cirugía a edad temprana, como una otoplastia, tiene un efecto a largo plazo de mejora de la autoconfianza del niño, por lo que puede ser importante intervenir pronto, antes de la escolarización. Pero esto es muy controvertido pues, si siempre la decisión de una cirugía estética debe ser muy meditada y sopesada, cuánto más en niños y adolescentes…

Nunca debe ser una moda, ni menos aún una sugerencia de los padres que quieren a un niño o niña sin ese defecto; por más que la cirugía mejore tanto la autoconfianza del niño o adolescente, siempre debe ser bien evaluada, cada caso en particular. En mi opinión, es el niño quien debe pedir esta cirugía y nunca debería ser una sugerencia de los padres (en verdad, los padres siempre deberíamos ver perfectos a nuestros hijos y darles el máximo de autoestima, aunque sea para contrarrestar la falta de benevolencia fuera de casa).

A propósito de la opinión y/o reticencia de los padres respecto a una cirugía que acabe con situaciones de bullying con sus hijos, se hizo en Brasil un estudio entre 650 padres: a pesar de la inicial posición contraria, un 68% admitieron que sí estarían a favor en una situación de este tipo. Respecto a las cirugías que se suelen plantear, las más frecuentes son sin duda las otoplastias y las rinoplastias. El caso es que, sea por intimidación, sea por otras motivaciones, cada vez más adolescentes solicitan procedimientos estéticos, desde cosas simples como tratamiento del acné o depilación láser, a cirugías tipo rinoplastias o del contorno corporal. Y la decisión debe ser tomada entre los padres (que son los que realmente conocen al chico/a) y el cirujano. Nunca debe hacerse sin un motivo bien fundado, no son edades para una cirugía por frivolidad o por moda, es normal que se sientan inseguros con su aspecto y muchas veces el supuesto defecto no lo justifica. Pero es cierto que a veces la cirugía es la única solución, y puede resolver el problema de forma definitiva (si es que ése era el problema, por supuesto), y si el caso lo justifica no debemos dudar ante la cirugía, pues será lo mejor que podríamos hacer por estos chicos.

 

La cirugía plástica ayuda muchísimo (según un estudio realizado en la Universidad de Pensylvania un 87% de los entrevistados que se habían realizado una cirugía plástica se declaraban más felices después), pero , como siempre insisto en este blog, debe ser bien pensada, con la adecuada motivación e información, ¡cuánto más tratándose de menores!

En cuanto a las cirugías, el caso más claro, y frecuente, es el de las otoplastias. Las orejas despegadas en los niños se ven aún más deformadas y grandes, pues la proporción entre la cabeza y resto del cuerpo es mayor en niños, desde 1/6 hasta el 1/8 en adultos, es decir, la cabeza es más grande en proporción. Hay un consenso entre los cirujanos plásticos para recomendar esta cirugía en edades muy tempranas, en torno a los 5-6 años, antes de la escolarización. A esta edad el cartílago está bien desarrollado de modo que la cirugía no alterará el ulterior desarrollo de la oreja, y por otro lado se trata de una cirugía de poca complejidad y excelentes resultados, por lo que el balance riesgo-beneficio es claro: si el niño tiene las orejas muy despegadas y está de verdad acomplejado (el niño, no los padres) es preferible operar sin dudarlo a permitir que el niño sufra por las burlas de los otros niños.

Caso1: Antes y después de la operación

Caso 2: Antes y después de la operación

Caso 3: Antes y después de la operación

La otra cirugía más planteada es la rinoplastia. En este caso debemos esperar un poco más, pues la nariz no termina de desarrollarse hasta los 15-16 años. Sólo debería plantearse en menores en casos de rinomegalias o narices muy desviadas o malformadas, casos en que no son ya una intervención estética sino reparadora, que acomplejan muchísimo, y en los que la cirugía en verdad les cambia la vida, ¡no debemos dudar!; en cambio si es una corrección puramente estética será más razonable esperar a que el adolescente madure un poco más.

En cuanto a cirugías del contorno corporal, tal y como he hablado en anteriores post, hay problemas como las ginecomastias (desarrollo anómalo y excesivo de la glándula mamaria en varones) o las gigantomastias que suponen un verdadero hándicap psicológico para algunos adolescentes, de modo que resulta sensato, y necesario, abordar la cirugía para ellos en cuanto sea posible.

Como conclusión: sí, la cirugía plástica puede ser de inestimable ayuda para evitar o parar situaciones de bullying en niños y adolescentes, cuando la causa sea un rasgo físico anómalo, como unas orejas en soplillo o una nariz desproporcionada, pero nunca debe decidirse de forma caprichosa, por moda o en casos poco justificados. Y, por supuesto la cirugía, cambiar la apariencia, no debería ser el camino para combatir el bullying, sino más bien cambiar nuestros patrones de comportamiento y educación al respecto de la imagen física y el respeto a los otros. Los cirujanos plásticos ayudamos, y mucho, pero hay que atajar las causas.

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

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