Pues sí, hay arrugas que, en mi opinión, no vale la pena corregir pues en verdad no dan mal aspecto y otras en cambio trasmiten una imagen triste, cansada o enfadada, y éstas sí que compensa tratarlas. Y no siempre son las que el paciente consulta. Aunque la mayoría preguntan ¿qué me haría en la cara? pues sienten que hay rasgos que los hacen mayores o sienten que no les favorecen, otros en cambio buscan la corrección de algunos signos concretos que, sinceramente, aportarán poco al objetivo de rejuvenecer o lograr un aspecto más atractivo o agradable, mientras que pasan por alto otros que sí recomendaríamos tratar. En este post quiero dar mi opinión respecto a qué arrugas no compensa tanto corregir y cuáles otras sí aconsejo tratar.

Es evidente que un rostro bello o atractivo trasmitirá siempre una imagen de más fiabilidad, confianza, honestidad, bondad … y todas las virtudes que queramos, por más que no tiene por qué corresponderse con la realidad, por efecto del papel de la comunicación no verbal que nos crea, de modo inconsciente, esa imagen en el otro. Pero es también cierto que, por el mismo motivo, si se camufla el rostro con maquillajes o bases excesivas que taponen nuestras facciones, tendremos el efecto contrario, pues expresaremos menos nuestras emociones y nuestro rostro generará entonces menos confianza. Y eso mismo ocurre cuando nos realizamos tratamientos que camuflan o limitan nuestra expresividad, como las infiltraciones excesivas de toxina botulínica, en especial en las patas de gallo.

Las patas de gallo son precisamente una de esas zonas que tanto se demandan para corregir. En mi opinión, las patas de gallo no afean un rostro ni trasmiten imagen de edad, lo que traducen es emotividad, pues se forman al sonreír, de modo que bloquear el músculo orbicular con neuromoduladores de forma que desaparezcan tal vez sea un error, pues es más atractivo un rostro que trasmita felicidad que otro que no la exprese. Y recordad que las patas de gallo no son sólo atributo de personas mayores, pues las tienen personas jóvenes que gesticulan mucho, o que hacen mucho deporte al aire libre, incluso esa gente que no corrige su miopía y se pasa el día entornando los ojos….No siempre son un equivalente de la edad. Y no resultan feas. Mi recomendación es no poner el foco de atención en ellas y, para aquellos pacientes que juzgan que las tienen demasiado marcadas, tratarlas si lo desean (con toxina botulínica) pero de forma más sutil, suavizándolas más que bloqueándolas. Es ésta una de esas zonas donde yo pienso que es mejor quedarnos cortos para un mejor resultado.

Pero hay otras arrugas que, por el contrario, sí que recomiendo corregir. Las arrugas perilabiales en especial, tanto las del “código de barras” como las de debajo de las comisuras labiales, dan una imagen triste, de amargura, una connotación negativa difícil de controlar, y siempre os recomendaré corregirlas, lo primero de todo (o tal vez lo único). Otras arrugas que dan una imagen negativa son las del entrecejo, pues un ceño permanentemente fruncido sin más trasmite enfado, cuando menos preocupación. Me estoy refiriendo aquí a estas arrugas cuando son estáticas, obviamente, es decir, cuando están presentes siempre en nuestra cara, pues no son para nada un problema (más bien al contrario) cuando son dinámicas, sólo en el momento en que deseamos trasmitir cualquiera de estos sentimientos. Pues bien, cuando están eternizadas en nuestro rostro, de forma que damos esa imagen tan triste, preocupada o airada sí que vale la pena corregirlas, lo recomiendo rotundamente. Y además no es difícil la corrección, pudiendo resolverlas de forma duradera y con un aspecto bien natural.

Los surcos nasogenianos, esas arrugas, surcos o pliegues según su grado o profundidad, recomendaremos tratarlos cuando están tan marcados que denotan tristeza o abatimiento (en realidad comienzan a profundizarse cuando empieza a caer la grasa de la mejilla). Encuentro con frecuencia a personas muy jóvenes que solicitan su corrección, pero, en mi opinión, no resultan desfavorecedores  si están poco marcados, siendo por el contrario algo extraño el efecto que pueda quedar en una cara si este rasgo está plano o estirado, ¿no os parece? Naturalidad.

Otras arrugas muy solicitadas para tratar son las de la mejilla. Aquí el problema no son las arrugas sino la presencia de flaccidez cutánea. Si no hay flaccidez y las arrugas son finas, poco profundas, tal vez no sea tan interesante corregirlas. Sólo sería recomendable en rostros con piel muy engrosada y dañada por el sol, con esa típica elastosis que marca auténticas cuadrículas en las mejillas. Aquí lo ideal es combinar el tratamiento de la piel con algún láser de, al menos, media profundidad, junto a la reposición de volumen y eventual tensado de la piel (para un buen resultado, las tres cosas).

Las arrugas frontales, por último. Opino que el tratamiento con neuromoduladores resulta muy rejuvenecedor, siempre que permitamos al músculo frontal un pequeño rango de movimiento. Es más bonito un rostro que muestre alguna arruga al gesticular y así pueda trasmitir emociones que otro con una frente tersa y brillante, con cejas bien elevadas (pero de sorpresa o en pico nunca….), y sin movimiento. Ésta es mi opinión, neuromoduladores sí, pero dejando algo de función y movimiento.

Por último, resultan muy atractivos en un rostro las particularidades, tipo lunares, alguna forma de los dientes o del labio, algún rasgo étnico en la nariz o en los párpados, incluso algunas cicatrices, siempre que no sean patológicas ni deformen. No siempre va a favorecer y por tanto tal vez no compense el corregir alguno de estos rasgos, pienso que a veces los pacientes se obsesionan y no tienen ninguna razón, las particularidades pueden favorecer, dando interés a nuestro rostro.

Concluyendo, la idea que quiero trasmitir es que no os obsesionéis con las arrugas, y dejaos aconsejar por especialistas que tengan un buen criterio estético. El objetivo es lucir más atractivos y dar una  imagen positiva, feliz. Para ello corregiremos sólo aquellos rasgos que de verdad tengan un impacto negativo, no cualquier signo de la edad. Pues no es tan mala la edad y que ésta se note, lo malo es lucir infelices.

 

Próximamente asistiré a un congreso en el que ponerme al día de todas las actualizaciones en cirugía. En los post de las siguientes semanas os contaré las novedades.

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